Un día los supermercados pensaron que vender pan sería una buena idea. Un pan extremadamente barato atraería a gente que, de paso, compraría otras cosas.
A esta época se le conoció como la guerra del pan.
Los panaderos españoles se pusieron nerviosos. Les preocupaba seguir vendiendo, así que igualaron sus precios. Hoy es casi imposible comprar una barra de pan por la mañana que no se haya convertido en un bate de béisbol para la hora de la cena.
En Francia la gran distribución también bajó los precios para captar a clientes incapaces de diferenciar una buena baguette de un periódico remojado.
Y los panaderos franceses también estaban preocupados. Pero no por vender, sino por ganar dinero. Así que subieron sus precios.
Lógico.
Si vas a ser más caro, no seas un poco más caro. Eso es del género tonto.
Creo que no tengo que decirte cuál de estos dos países sigue siendo famoso por su pan.
En las redes sociales pasa lo mismo. Algunos están preocupados por la la difusión, el engagement y el gargajo.
Yo soy más de ganar dinero. Así que me paso el día dándole vueltas al tema.
El otro día se me ocurrió una forma de ordeñar LinkedIn que no se la he visto hacer a nadie.
Nada de rollos raros, nada de spam, ni de automatizaciones. Todo muy elegante y muy artesano, como el pan francés.
Aprovechando que había quedado para comer con mi colega Isra Bravo se lo conté. Se puso tan cachondo que se quedó sin aire y tuve que salvarle la vida.
Luego le llamé por teléfono y se lo volví a repetir todo. Por si la falta de oxígeno en su cerebro le había impedido pillarlo a la primera.
Grabé esa llamada.
Hoy te ofrezco ese audio en el que te cuento qué debes hacer para ordeñar LinkedIn y prácticamente cualquier red social o medio de comunicación.
Para conseguirlo tienes que seguir 3 pasos. No te llevará más de 30 segundos:
1) Ve a esta publicación de LinkedIn
2) Dale Like ❤
3) Escribe un comentario que incluya las palabras PEPINO y GRANDE en mayúsculas.
Eso es todo. Like. PEPINO. GRANDE. Con mayúsculas. El resto puede ir en minúscula o cómo te salga del pepino.
Esto no es ninguna ocurrencia mía. Tampoco te estoy tomando el pelo. Tiene todo el sentido y después de lo que te cuento en el audio tú también querrás hacerlo.
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