Esto te va a j*der

—Allí sí hay gente extraña. Imagínense que no duermen.

—¿Y por qué no duermen?

—Porque no están nunca cansados.

—¿Y por qué no?

—Porque son tontos.

—¿Y los tontos no se cansan?

—¿Cómo van a cansarse los tontos?

Esto es de Contemplación un libro que escribió el señor Franz Kafka. Kafka, un pobre hombre que no tenía ni idea de la vida.

Voy a contar algo que va a fastidiar a más de uno. Voy a hablar de lo que gano y lo bien que vivo.

Si no lo sabías ya te lo digo yo. Si quieres insultos y bajas, habla de lo que ganas o de cómo vives. Es una ley de internet.

Escribo menos y peor que Kafka, pero gano mucha más pasta escribiendo de la que él jamás ganó. Quítale la inflación y todo lo que quieras.

El motivo es fácil y tú también lo puedes hacer. No lo harás, pero lo puedes hacer. Pero no lo harás.

El motivo es que no ando por ahí mandado a la gente quemar mis obras.

Antes de ayer publiqué un vídeo en LinkedIn. 7 minutos de grabación y otros tantos de edición. Un tipo me contactó, quiere una formación de ventas para su equipo.

Ya está, un vídeo y un par de días de trabajo. Esa es mi vida desde hace bastante tiempo. Publico un vídeo o envío un email y alguien me quiere tirar su sucio dinero a la cara.

Hablamos de un vídeo por el que dos personas me escribieron diciendo que soy gilipollas.

Pero da igual, yo ya no quemo mi trabajo. Ojo, que también lo hice.

Ahora se me ocurre algo y lo cuento. No investigo, no consulto, no repaso. Simplemente, lo cuento. Fin de la historia. Faltas de ortografía incluidas.

Porque te quiero contar las cosas como se las cuento a un amigo mientras tomamos una cerveza. Y cuando le cuento las cosas a un amigo tomando una cerveza no investigo, no consulto, no repaso.

Porque si investigara, consultara y repasara nadie querría tomar cerveza conmigo. Y eso es un problema cuando tienes 28 días libres al mes.

Si el maldito Franz Kafka era incapaz de detectar qué tenía calidad, ¿qué cojones vas a ser tú capaz de diferenciarlo?

Así que, joder, si tienes algo en la cabeza, pues vas, y lo cuentas. Y si ya lo has contado, lo publicas.

Pero si te da miedo que alguien diga que no sabes de lo que hablas, o leerte cuatro libros, o hacer una sesuda reflexión, o contar una ingeniosa historia (storytelling, perdón), o pretendes dar una lección, mejor cállate. Al menos te ahorrarás el disgusto de recibir tres tristes likes.

Y si eres de los que dice que esto no va con su marca, es que todavía no has entendido para ganar dinero no tienes que hacer lo que llena tu ego, sino lo que les gusta a los demás. Pero de eso ya hablamos otro día.

PD: mi colega Óscar Feitó está regalando una guía en la que explica cómo montar un podcast de éxito. No me paga ni nada por decir esto, pero como al cabrón le ha ido tan bien con su podcast, y tenía algo que ver con el artículo de hoy, he decidido contártelo. Se puede descargar aquí.

PD 2: Cada semana, en el newsletter, envío artículos que no publico por aquí. Semana que no estás apuntado, artículo que te pierdes para siempre. Apúntate abajo: