Una pregunta que hago a todos mis clientes

Me refiero a las empresas que me quieren contratar para formación. La pregunta que les hago es…

«¿Tus vendedores te han pedido formación alguna vez?»

La respuesta es «no» un 94,78 % de las veces o más.

Entonces les pregunto que por qué querrían gastar dinero en algo que nadie quiere recibir. Pero como en contra de lo que piensan algunos no soy un ogro y me gusta vender, no me despido ahí y digo una cosa más:

«En ese caso los que asistan tienen que hacerlo libremente, nadie puede venir obligado.»

Y ahora sí, si es que no, es que no y adiós muy buenas, cero dramas, tan amigos y aquí paz y después gloria.

¿Por qué?

Pues porque si no hiciera eso pasarían dos cosa:

  • Por un lado ganaría una venta
  • Por otro, un cliente insatisfecho

Y eso sería así porque en cuanto le dijera a gente que no quiere escuchar que la forma de vender más es opuesta a lo que llevan haciendo media vida, esto es lo que escucharía:

  • Mi cliente se ofendería
  • Eso conmigo no funcionaría
  • Eso no va con mi forma de ser
  • No me gusta ser agresivo
  • Mi caso/cliente/sector es diferente/muy específico/muy particular

A esa gente podría decirle que lo siento, pero que no.

Que su caso/cliente/sector no es diferente, ni particular, ni específico.

Que sus clientes son seres humanos cuyos miedos y deseos son exactamente los mismos que el del resto de seres humanos desde hace 200.000 años.

Y que pensando así simplemente estan rechazando miles de técnicas de venta altamente rentables.

Y que el único motivo para tener un proceso de venta altamente personalizado es no conocer una forma mejor.

Y a los que dicen que su cliente es especial por tener mucha pasta o ser muy importante les recordaría que a Jeff Bezos le pillaron enviando fotopollas.

Pero, ¿sabes qué? No serviría de nada, porque mucha gente está más interesada en que le digan que le va bien, que en que le vaya bien.

Y como el dinero con dolor de cabeza no es dinero, sino deuda, otro llegará.

El dinero es solo un ingrediente de la riqueza, así que cualifica, cabrón, cualifica.

La clave para poder hacer eso está en ser capaz de cerrar suficiente porcentaje de oportunidades para que nunca haya escasez, siempre abundancia.

Te cuento cómo conseguir que nunca haya escasez, siempre abundancia en el newsletter, este newsletter:

PD: toda la información ahí arriba.