Una idea para ser feliz y disfrutar de la vida

Cuando era pequeño pasaba los veranos viviendo con mi primo, 8 años mayor que yo. Obviamente me puteaba sin descanso.

A veces intencionadamente.

Cabeza contra el suelo, baba hasta mi nariz y recogida de cable.

A veces sin querer.

Con 5 años me puso a conducir su Puch blanca roja y azul. La moto fue por un lado y mis dientes por otro.

Un día que andaba pensando estupideces apareció de la nada y me preguntó si quería flipar.

Imaginé que flipar de la hostia que me iba a soltar, así que miré congelado y guardé silencio.

«¿Quieres flipar o no?»

«Eeeeeh…»

«Ven.»

«No.»

«Que vengas.»

«Que no.»

«¡Que vengas!»

«¡Que nooooooo!»

«Confía en mí, que esto es bueno y vas a flipar.»

Más vale una hostia consentida que una a traición, así que le seguí.

Entonces me llevó al salón y pulsó uno de los 6 botones que tenía la tele Grundig con carcasa de plástico imitando madera.

Lo que acontenció durante la siguiente media hora cambió los siguientes años de mi infancia.

Mi-tad-hom-bre-mit-ad-robot.

no-hay-hé-roe-más-va-lien-te.

Biiiooooman… biiiooooman…

De-fen-sordelatieee-rra…

¿cualaquirris arroyador? (esta frase nunca la entendí)

Ro-jo-ro-sa-ver-de-o-a-zul.

Biiiooooman, biiiooooman…

Lo mismo ni sabes de qué te hablo. Qué penita, de verdad.

Total, que flipe bastante.

Aquel día recuperé la confianza en mi primo, en la humanidad y aprendí a conducir motos.

¿Por qué te cuento esto? Pues por varios motivos.

Primero por terapia.

Segundo porque veo a algunos que van por la vida como si su primo mayor fuera a meterle una hostia:

«Si lo que vendes es una moto… cuando lo lea, lo sabré.»

«He decidido darte una oportunidad.»

Uno incluso me dijo que había comprado el curso para comprobar si soy gilipollas.

En otro orden de cosas, minutos antes de ponerme a escribir esto alguien ha publicado este comentario en un vídeo mío de hace 8 años:

«Esto tiene mucho tiempo, pero no me puedo resistir a decir que es una maravilla»

Mira, macho.

Soy un fulano como tú o como cualquiera.

Seguramente más torpe vendiendo pero también bastante obsesivo. Que aprendió a vender probando mucho, arriesgando más y perdiendo una locura.

Y que con el tiempo dio con una fórmula que funciona razonablemente bien.

Qué coño, que funciona de puta madre.

Ahora, además de explotarla con mis propios negocios la pongo por escrito en cursos. Y el nivel de calidad que me exijo es el mismo que hace 8 años, cuando colgué mi primer vídeo en YouTube.

Eso es lo que vas a encontrar y no otra cosa.

Si quieres tener una vida más interesante, este curso es para ti y puedes comprarlo, que a la edad que tienes nadie te va a dar una hostia.

Y si no, pues nada.

Ahora te seré sincero pero también tajante:

Si me das tu dinero te lo agradeceré, pero no lo necesito. Y no lo necesito porque tengo una marca personal potente. Por eso tampoco contesto preguntas. Toda la información ahí abajo: