Te voy a contar una historia de malentendidos.
Pequeños malentendidos que tiene mucha gente y que marcan la diferencia entre llevar una vida fácil o de amargura.
Entiendo si piensas que esto es una exageración y no te culpo por ello, pero si eres de los que ha superado estos malentendidos sabes que tengo razón.
Si no, pues pensarás que soy un flipado y con eso te quedarás.
La historia va así…
Heber, un suscriptor que tiene su propio newsletter (fundamentium . com), escribío un email recomendando a su gente apuntarse a mi newsletter.
Uno de sus suscriptores contestó:
A veces se gasta más tiempo en aprender a saber vender que en fabricar o realizar un buen producto y eso no dice mucho del mercado. Quizás con algunas personas que emplean un lenguaje para atraer se pueda convencer inicialmente pero nunca se llega a lograr la fidelización del cliente que es lo verdaderamente importante.
Este breve fragmento contiene DOS de esos malentendidos de los que te hablaba hace un segundo:
- El primero, creer que ser bueno es incompatible con parecer bueno.
- El segundo, creer que existe alguien a quien las cosas buenas que parecen malas le gustan más que las cosas buenas que parecen buenas.
He dicho DOS malentendidos y no TRES, porque lo de que nadie tiene las ganas, el tiempo y el conocimiento para valorarte objetivamente lo sabe hasta la tortuga de mi hija, que es de plástico.
Te daré otro dato. Seguidores en twitter:
- Tesla: 16 millones
- Elon Musk: 103 millones
- Apple: 8 millones
- Tim Cook: 13 millones
- Microsoft: 11 millones
- Bill Gates: 60 millones
Y una reflexión…
Dentro de 100 años, 200 si quieres, Apple, Facebook o Google no existirán.
Algunos que seguro seguirán existiendo son Picasso, Michael Jackson, Bill Gates, Steve Jobs o Elon Musk…
Con el tiempo todo se olvida, incluidas las personas, y lo único que queda es la marca que dejan en el mundo.
A la gente quizás le gusta tu trabajo, lo que ofreces o tu producto. Quizás hasta les gusta tu empresa, no te digo que no.
Pero muy por encima de lo que haces, les gusta quién lo hace. Y esa es una verdad inmutable de la naturalza humana.
Y cuando dentro de 20 años lleguen unos becarios que sepan utilizar la última herramienta de moda y cobran la mitad, los únicos que dormirán por la noche serán los que hayan sabido crear una marca personal potente.
¿Quieres crearla? Te cuento más apuntándote aquí: