He dado con un libro de esos que encuentras cada varios años y que te hace replantearte la realidad.
Este libro explica, desde un punto de vista evolutivo, por qué la mayoría de las personas creen en mentiras o hacen las cosas mal… a propósito.
Es por el deseo de ser aceptado.
Pertenecer a un grupo aumenta tu probabilidad de supervivencia, y como Ibón Casas me dijo:
«Hay un chip en las personas que es la supervivencia. Dicen que está por ahí metido en el cerebro reptiliano hasta por el forro de las pelotas.»
Ocurre cuando un cliente te da un argumento irracional.
Ocurre en política, en la guerra y cuando todos tus compañeros esperan a que el jefe hable primero.
Cuando tienes miedo, sientes vergüenza, cuando dices «mi caso es diferente», «todos los demás lo hacen diferente» o «es es muy agresivo».
Argumentos para no salirse del grupo. Tu mente grupal no quiere que destaques.
La mayoría de gente es así, pero también están los que no valoran el riesgo y se exponen a la humillación, los ataques y el fracaso.
Cuando les va bien cazan la pieza más grande y se aparean más.
Pero eso ya lo sospechabas.
Y por último existe un grupo intermedio entre los que se aparean que da gusto y los funcionarios.
Son minoría y quieren comer como cerdos sin que les huela el aliento.
Cuando prestaba consultoría a equipos de ventas conocí a cierta vendedora.
Era la que más vendía de su empresa pero trabajaba tres horas al día. Y eso es algo que solo sabía yo porque me lo contó en confianza.
La cabrona ya veía el motivo.
Me decía que sus compañeros lo hacían como el culo porque no querían llamar la atención. Y por eso no le contaba a nadie cómo lo hacía ella, ni a qué hora entraba ni a qué hora salía. Salvo a mí.
Esa gente existe.
No son muchos, pero en todos sitios hay alguno.
Ellos no te lo dirán, así que es fácil que pienses que no existen vendedores por cuenta ajena, incluso «pequeños» empresarios, que ganan grandes cantidades de dinero con una cantidad de trabajo muy moderado.
Podrás detectarlos si te fijas muy atentamente, porque cada vez que un compañero se queja de sus condiciones, estos se están descojonando por dentro.
Si quieres pertenecer a la mayoría, no salirte del patrón, nada. Ahora lo entiendo y me parece bien.
Te apuntas aquí: