¿Alguna vez te has cruzado con alguien a quien conocías y te te a dicho «¡Qué casualidad, justo necesito {lo que sea que vendes}!»?
Claro que sí, es el casualidadismo.
Estás rodeado de personas que te necesitan, que te conocen de sobra, pero que no se acordarán de ti a menos que te cruces con ellos.
Esto duele, pero te lo diré igualmente: las ventas son más cuestión de cantidad más que de calidad. La demostración es fácil:
Sal a la calle y pregunta a un millón de personas si quieren tu producto. ¿Peor escenario? 999.990 te dicen que no.
Acto seguido pregúntales si mañana cambiarán de opinión. 999.990 «tampocos».
Deja pasar 24 horas y vuelve a preguntar.
¿Peor escenario? De esas 999.990 personas 10 estaban equivocadas.
No querían mentirte, simplemente no sabían que por la tarde les iba a pasar algo que convertiría en imprescindible aquello que hasta hace un rato juraban no necesitar.
Pero espera, que viene lo mejor. Deja pasar otras 24 horas y pregunta de nuevo.
Otros 10 están haciendo cola.
Y 24 horas más. Ahora ya no son 10, son 12, porque el poder de la repetición empieza a surtir efecto.
Pero cuidado.
Porque cada día que se te olvida preguntar, 8 de esas 10 ventas desaparecen para no volver.
Joder, te ha pasado.
Te han llamado de un banco (o de una compañía de seguros, o de una eléctrica). Les has dicho que no, que nunca jamás.
Y un día te has cabreado con tu banco (o con la compañía de seguros, o la eléctrica). Les has gritado y les has dicho que te llevas la hipoteca y cierras tus cuentas.
¿Y qué has hecho 72 horas después? Pues decirte…
– «Total, no es para tanto.»
– «Todo el mundo mete la pata.»
– «Llevaban mucho tiempo sin cagarla.»
Lo que sea con tal de no hacer el papeleo que requiere cambiarse.
El calentón se ha esfumado y con él, la ventana de oportunidad que tenían otros vendedores para convencerte.
Cada maldito día se abren cientos o miles de ventanas de oportunidad.
Pero se cierran muy rápido.
Hazte con suficiente base de datos, escríbeles con suficiente frecuencia y hasta las podrás oler.
Juro por dios que al próximo que me pregunte si este newsletter es para él, le corto la cabeza.
El newsletter es para quien quiera llevar su nivel de ventas, de libertad y de ingresos al próximo nivel.
Para esos y para nadie más.
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