Te digo una cosa.
La inteligencia artificial va a dominar el mundo.
Empezó con tareas fáciles, como detectar si hay un gato en una foto. Entonces se dijo que nunca sería capaz de escribir. Pero ya lo hace.
«Pero no lo hará bien.» Pero ya lo hace.
«Pero nunca será capaz de vender.» Eso lo he dicho yo, pero ya no lo digo.
Ahora no me cabe ninguna duda.
Ninguna duda de que ya mismo existe más de una inteligencia artificial rastreando internet, buscando a los vendedores con más seguidores en redes sociales.
Y ninguna duda de que pronto descubrirá que no venden nada.
Y ninguna duda de que entonces empezará a buscar a los que más facturan. Los que más facturan y menos trabajan.
Así que es cuestión de tiempo que llegue a este blog.
Y lo siguiente que hará es ponerse a escribir. A escribir para vender.
Al principio lo hará mal. Luego regular. Y poco después lo hará mil veces mejor que yo.
Y te digo otra cosa. El día que lo consiga, el maldito día que esa inteligencia artificial sepa cómo vender…
– No va a matricularse en un MBA
– Ni a hablar de copywriting ético
– Va a hacer chistes con minorías, con mayorías y con empanadillas
– No va a poner firma en los emails
– Va a escribir no una vez al día, sino 4 o 5
– Y no va a decir «eso a mi cliente le ofendería.» En parte porque es un robot, en parte porque está programada para vender, no para ganar concursos de simpatía.
– Tampoco va a usar lenguaje inclusivo ni complacerá a hombres decoradores, solo a empotradores
– Ni va a diseñar webs de colores, con logotipos de clientes o ejemplos de proyectos
Pero sí que se suscribiría al newsletter, este mismo donde te puedes suscribir abajo: