«Todos tenemos un precio, y tú también.»
Me lo ha escrito un tipo después de que le dijera que no vendo y nunca venderé los cursos que estoy ofreciendo a cambio de recomendaciones.
Si tú también piensas que todos tenemos un precio puedes probar a ofrecerme cien millones de euros a cambio de los cursos, a ver qué pasa.
Otro suscriptor me ha dicho que no tiene nadie con quien compartirlo.
¿Ni un amigo, ni un conocido?
Ni uno.
¿Cero?
Cero.
Vive en una isla desierta. Con internet y suministro de electricidad.
Bueno, ese es un tipo de personas.
Ana, otra suscriptora, me ha dicho que sí tiene amigos pero que no cree que les convenga suscribirse.
Ya sabes, se ha comentado mucho por aquí, lo de juzgar al cliente de nuestro bolsillo.
Belén sabe más:
«No necesitaría regalos para animar a otros a seguirte, pero sin ellos seguramente no lo habría hecho.»
Bien, este es otro tipo.
Marc me decía que ya me había recomendado a 8…
«Y me comentan que están disfrutando de un montón de mails tuyos.»
Pues otro tipo más.
Otro tipo y otro nivel es el de Gema:
«Reconozco que me lo estoy pasando pipa con esto de las recomendaciones.»
y
«Qué bonito es repartir amor, inversión y ventas por el mundo.»
Unos verán lo anterior como una colección de frases sin fundamento. Ese es un tipo de persona.
Otro tipo es el que se percata de que lo anterior esconde, al menos, cinco grandes de lecciones de venta. Lecciones de psicología concretamente.
No voy a poner las lecciones en negro sobre blanco porque perdería la gracia, pero si consigues sacarlas que no se te escape un detalle. Esas no son mis tres lecciones de venta, también son las tuyas.
Te apuntas al newsletter aquí: