Para crear el iPhone, Steve Jobs creó dos equipos que competían entre sí. Uno liderado por Tony Fadell y otro por Scott Forstall, que fue quien ganó.
Como parte de la presentación del iPhone en 2007, Jobs demostró cómo se borraba un contacto de la agenda. El contacto que eliminó de su agenda fue el de Tony Fadell.
Nadie pilló la indirecta salvo el propio Fadell, que al poco tiempo dejó Apple. Bien por él.
Vale que Jobs era un poco psicópata, pero cada día, los clientes te hacen cosas muy parecidas a esta y no parece importante.
Estoy harto de verlo.
Hace mil años trabajaba con una vendedora que siempre me decía que tenía un montón de oportunidades «a punto», pero el tiempo pasaba y allí no se cerraba nada.
A los 6 meses se me acabó la paciencia y le pedí que me pasará los datos de esos clientes tan calientes. Eran 12.
En una media hora había hablado con todos y descartado a 11. Al otro le descarté una semana después.
Pude hacer esto tan rápido porque conozco los signos de la muerte.
Los signos de la muerte son señales que los clientes van lanzando, actos inocentes, frases aparentemente inofensivas que significan que te consideran un perdedor con el que jamás trabajarán.
Si ignoras estas señales la primera vez que aparecen la venta queda muerta en el mismo momento y ya no es posible revivirla.
Y lo peor no es que esas ventas se mueran. Lo peor es que si no conoces esas señales pasarás meses convenciéndote de que esos apestosos cadáveres están a punto de revivir y darte su dinero.
Les pasa a la mayoría de vendedores. Invierten una cantidad enorme de tiempo persiguiendo carroña llena de moscas en lugar de dedicar ese tiempo a encontrar una nueva presa.
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PD: Fadell, el tipo al que Jobs «despidió», fundó Nest y se la vendió a Google por 3200 millones de dólares.