El miércoles estuve charlando con alguien muy interesante.
Acabamos hablando de un tema que me fascina, la mentalidad de pobre.
Probablemente ya me has oído hablar de ello y de cómo es algo que te impide progresar en la vida.
Si no sabes de lo que estoy hablando, es muy importante que entiendas que la mentalidad de pobre nada tiene que ver con el dinero que ganas. Es más, hay cosas muy caras que son muy de pobre.
La mentalidad de pobre es cuestión, exclusivamente, de mentalidad.
Si piensas como un pobre nunca serás libre, por más dinero que acumules (aunque probablemente nunca acumularás mucho).
Mentalidad de pobre tiene, por ejemplo, quien presume de su currículum. Y quien presume de no haber estudiado nunca.
Ambas cosas son muy de pobre. Y como regla general, todo lo que busca la validación de los demás.
Vivimos en una época confusa. Hay cosas muy caras que son muy de pobre.
Tener un coche caro puede ser una de las cosas más de pobre que existen. Dependerá de por qué lo tengas, pero suele ser el caso.
La mentalidad de pobre es un demonio que te posee y te hace tomar malas decisiones. De esas que te hacen preguntarte ¿por qué cono acepté esto?
El miedo al que dirán, a ofender, a disgustar al jefe y a que un cliente potencial te diga que no si le dices que cobras por adelantado.
Todo eso, obviamente, es muy de pobre.
También existen las webs de pobre. Son esas webs con muchas secciones interiores, muchas fotos y parafernalia de colores.
Esas webs que hablan de la empresa o de su autor. Con una sección que se llama «Quiénes somos» y en la que dicen que son muy diferentes.
Eso grita pobreza por todos los sitios.
Pobre es el que no tiene ni un minuto y al que dice que no le da la vida, y muy pobre es el que, además, presume de ello.
El que se autocensura y el que aprovecha cualquier oportunidad para mencionar con quién trabaja o a quién conoce.
Joder, eso es tan de pobre que me da repelús.
Mentalidad de rico tiene quien lo pone todo en riesgo y seguidamente mira al frente con una sonrisa. Ahí hay alguien por quien deberías apostar. Y eso nada tiene que ver con tener mucho o poco.
Te cuento esto porque en los últimos meses me han contratado varios vendedores y emprendedores. A veces pasa, pero no son mi cliente más habitual.
¿Trabajamos técnicas de venta? Por supuesto. ¿Es el motivo principal por el que no venden todo lo que deberían? Ni de casualidad.
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