Este es un mensaje tan bueno, que no puede compartirse en redes sociales.
Se trata de un texto que solo puede apreciarse en la intimidad de una bandeja de entrada, sin competir con animaciones y sonidos estridentes.
Uno de los personajes de Rayuela dice:
Quién sabe, a mí me parece que los peces ya no quieren salir de su pecera, casi nunca tocan el vidrio con la nariz.
Otro personaje responde que, probablemente, si quitaran el vidrio tampoco se acercarían, están acostumbrados a vivir encerrados; y continúa:
A nosotros los vendedores nos pasa lo mismo con nuestros clientes. Retrocedemos cuando llegamos al límite porque tenemos miedo a frotar la nariz contra algo desagradable.
En realidad, en lugar de vendedores y clientes, Cortazar habla de personas y amor.
Misma cosa.
Todo el vendedor debería contar con una base de datos de clientes y clientes potenciales y trabajar a diario para aumentarla.
El método es fácil.
Parte de tu jornada, una parte importante, debería estar dedicada a darte a conocer.
Preséntate allí donde esté tu cliente potencial. Podcasts, canales YouTube, otras newsletter, redes sociales… Ve a eventos presenciales y pide tarjetas.
De viva voz, por teléfono o por email, pídele a todo con el que te cruces que se apunte a tu lista.
Y luego, escríbeles. Al menos, una vez por semana.
Eso sí, cuando lo hagas, equivócate. Y excítate, sé vehemente, emborrachate de alegría o de ira. Convulsiona.
Nada de esos newsletter corporativos con fotos y ofertas. Eso da vergüenza ajena.
Haz eso y nadie te considerará normal. Y tendrán razón. No serás normal.
Ni en cómo hablas. Ni en cómo trabajas. Ni en lo que ganas.
Es lógico, cuando cuentas con una base de datos todo lo que haces se multiplica por el número de suscriptores que tienes.
Hazte con mil suscriptores y la hora que pasas escribiendo un email como este equivaldrá a mil horas producidas.
Como te decía, el método es fácil. Mucho más que cualquier otra técnica de venta.
Y tan barato que probablemente sea el modelo de venta más rentable que exista.
Y aun así, la mayoría de los que lean esto nunca lo harán.
Ya sabes, el vidrio.
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