Destacaré algo importante.
Hace unos días hablé una hora de técnicas para ligar, pero eso ya deberías saberlo (y si no, el buscador de YouTube es tu amigo).
La entrevista gustó mucho, pero en Facebook generó bastante polémica. Te resumo la polémica:
Que estoy equivocado, que el físico lo es todo y que no hay nada que hacer.
Tiene lógica. Fíjate lo horrible que sería pensar que el mundo funciona de otra manera.
Que ser feo sea una desgracia ineludible es una gran ventaja. Ahora tienes algo por lo que maldecir al destino y pasas a formar parte de una minoría, supongo que oprimida. Un castigado por el karma digno merecedor de las lamentos de la sociedad.
Es genial, joder.
Y si eres guapo, no sufras, el problema está con tu personalidad, que además es inmutable.
Problema resuelto, joder.
Ahora ganar poco, que te despidan, o llegar derrapando a final de mes ya no es un problema.
Es la economía, que va mal.
Tu sector, que es demasiado maduro.
Los clientes, que no saben valorar la calidad.
Arreglado, joder.
O si no, que a todos les pasa lo mismo.
Ahora, locurón, imagínate que existen técnicas para ligar.
Imagínate, aguanta la respiración, que un feo puede ligarse a una guapa. Imagina, y sé que esto es imposible, pero imagina, que eso ha ocurrido alguna vez en la historia.
Y no necesariamente por dinero.
Imagina que existen mujeres que no valoran demasiado la belleza.
Imagina que el carisma o el humor importan. O la seguridad en uno mismo.
Putadón.
Qué co*o. Imagina que es por dinero y eso ha motivado al feo a estrujarse los sesos y currar para ganarlo.
Imagina que los hombres hacen lo que hacen para follar más. Imagina que a veces les funciona.
Imagina que todo eso es posible.
Que lo que ligas depende de factores que puedes controlar.
Y lo que entra en tu cuenta, también.
De las decisiones que tomas a lo largo de la vida.
Eso sería horrible de aceptar.