Nunca pensé que diría esto

Sé más cursi.

Nunca pensé que recomendaría ser más cursi, pero me veo obligado a hacerlo para equilibrar fuerzas, para levantar barreras.

Equilibrar fuerzas y levantar barreras entre ser gilipollas y otra cosa.

– Entre no transmitir desesperación y ser gilipollas

– Entre no lamer anos y ser gilipollas

– Entre confiar en uno mismo y ser gilipollas

– Entre decir lo que piensas y ser gilipollas

– Entre no validarse y ser gilipollas

El otro día me presentaron a un tipo exitoso al que ya conocía por su presencia en internet. Este tipo tiene unos vídeos que me molan mucho y otros que deberían arder en el averno.

¿Sabes lo que le dije cuando le conocí?

Pues mira, lo que no le dije fue…

– «Estoy de acuerdo en casi todo lo que publicas.»

– Ni «Al principio me pareciste un gilipollas, pero resulta que tienes cosas buenas.»

– Tampoco «Te lo tienes que currar más si quieres que siga siendo tu suscriptor.»

Nada de eso, lo que le dije fue:

«Tenía ganas de conocerte, tus vídeos están de puta madre.»

Espera, que te lo repito, por si te lo habías perdido:

«Tenía ganas de conocerte, tus vídeos están de puta madre.»

Y esa era la frase más sincera que podía decirle porque estoy con las personas por lo que me gusta de ellas, no por lo que me disgusta.

Así de chulo soy. Así de desafiante. Así de soberbio.

Pocas cosas proyectan mayor complejo de inferioridad que el halago con zurullo. Que algunos llevan tanto tiempo disimulando su desesperación que no han aprendido cómo se hace para conectar con otros humanos.

Te cuento una historia.

Hace unos meses El Rubius publicó este twitt: «Hey, @tonyhawk, ¿te acuerdas cuando viniste a España hace 17 años? Te dije que eras el mejor y tú me dijiste: “No, tú eres el mejor”»

Esto es lo que Tony respondió al twitt: «Y no me equivoqué.»

(Tony Hawk es el skater más exitoso de todos los tiempos.)

Observa la brutal seguridad en sí mismo que transmite alguien que halaga así, desde el corazón. Sin suspicacias, ni reticencias, ni dobles significados.

Eso, y no otra cosa, es valentía.

¿De quién crees que se acordará El Rubius el resto de su vida? ¿Con quién se escribirá WhatsApps y con quién se tomará unas cervezas cuando coincida en la misma ciudad? ¿Crees que será con el comedoritos con el que se cruzó en un evento o que le escribió un email y le dejó claro que no era tan buena como se creía?

Atiende, que viene lo importante:

1) Si no quieres halagar, no halagues.

2) Si vas a halagar, no lo dudes ni un segundo, halaga hasta el fondo. Hasta que duela. Hasta que toques tope.

Tengo un newsletter.

Sirve para crear un proceso de venta sin fricciones. Solo funciona para gente sin complejos.

Te cuento más ahí abajo: