Mi primera inversión fue la mejor de mi vida. Te la cuento.

El 10 de enero de 2010 fue constituida la primera sociedad de Luis Monge Malo.

Como no tenía los 3001 € que había que aportar para montar una sociedad, salí ahí fuera, conseguí un cliente y le dije que me pagara y que en un momentico le hacía la factura.

Tras conseguir eso la conclusión estaba clara:

«En un año rico. No entiendo cómo no lo hace todo el mundo.»

Para ayudarme con el proyecto contraté a un programador que se emborrachaba los fines de semana y pasaba el resto de la semana recuperándose.

Con ese proyecto perdí más de 15.000 € que recuperé trabajando en otro sitio y estrujando cada euro.

Llegué a comprar una grapadora de segunda mano. Ese era el nivel.

Me recuperé gracias a clientes tóxicos que me pagaban lo justo para cubrir costes y un poquito más.

El dinero con el que vivía lo obtenía del otro trabajo. Era un círculo difícil escapar.

Un día, una mujer en la que confiaba mucho entro por la puerta. Traía a alguien más:

«Este es Eduardo, experto en ventas. Creo que debéis conoceros, os dejo.»

«Me cago en la puta» –pensé– «con la de trabajo que tengo viene aquí un experto en vainas, en…»

—«¿…ventas?»

—«Sí, en ventas. Llevo toda la vida en ventas, he desarrollado la división española de XXX y ahora dirijo un equipo de ventas en esa misma empresa.»

Entonces dije dos cosas. La primera, para mí: «¿Las ventas son una cosa?»

Te parecerá estúpido, pero era tan pardillo que hasta entonces no me había planteado que si tu producto fuera bueno necesitarás venderlo.

Quedé tan fascinado que la segunda cosa, la que le dije a él, fue:

«Cuéntame más.»

Eduardo me contó cómo formaba a su equipo, cómo les acompañaba y cómo resolvía sus dudas. Mi fascinación aumentó y solo acerté a decir, con más miedo que aliento…

—«Yo también quiero.»

—«¿Qué?»

—«¿Que cuánto me cobras por hacer algo así conmigo?»

—«Ostras, no lo sé, no venía preparado. Déjame que lo piense y mañana te digo algo.»

Fueron 1000 € al mes, algo que hace 12 años me parecía sueldo de vividor.

Le dije que sí.

Le daría todo lo que ganaba y un poco más. Era eso o seguir con una vida que no me estaba destruyendo.

Si tengo que decirte que fue la inversión más rentable de mi vida es que eres nuevo por aquí.

Podría contarte muchas cosas, pero te contaré que ahora el mentor soy yo.

Acabo de lanzar una mentoría a un precio que permitirá que prácticamente cualquier emprendedor, empresario o departamento de ventas pueda mantenerse a la última.

Toda la información si te apuntas aquí: