Mi caso es diferente.
Me lo dicen mucho, sobre todo desde que presenté el curso de marca personal. Por ejemplo: «Lo de la marca personal está bien, de eso no hay duda, pero tu caso es diferente.»
Cuando veas a alguien al que le sale algo bien, prueba a decirla y verás cómo te hace sentir mejor al instante.
También te la puedes aplicar a ti mismo, el resultado será el mismo. Eso sí, tienes que hacerlo así:
– Si hablas de tu caso, entonces es que tu situación es peor o más difícil.
– Si hablas del caso del que tienes enfrente, entonces su situación es mejor. Lo tiene más fácil por alguna razón que es inalcanzable para ti.
Que no seas capaz de detectar cuáles son los privilegios del otro es lo de menos. No pretendas empezar a razonar ahora, a estas alturas eso no tendría ninguna lógica.
Cuando te la apliques a ti sí que te recomiendo justificarla un poco. Por ejemplo, puedes decir que…
– …a tus clientes solo les importa el precio, que no saben valorar la calidad.
– …tu sector es muy «específico», signifique lo que signifique eso.
– …en en tu sector es imposible diferenciarse.
– …tus competidores tiran los precios.
Obviamente esas cosas no son nada habituales y convierten a quienes las sufren en casos altamente peculiares.
Te cuento esto porque hace unos días estuve reunido con un tipo que tiene una fórmula para acelerar la creación y monetización de una marcas personales.
Esa fórmula es un modelo de negocio en sí mismo. De hecho él la ha utilizado con éxito con varios de sus clientes.
Solo ha un «pero»…
…sus clientes son diferentes.
Ellos son carismáticos, jóvenes, guapos, vienen de familia rica y la tienen muy, pero que muy larga. Además, en sus sectores no hay competidores y las personas a las que se dirigen no les importa el precio, solo quieren calidad.
¿Y cuál es la fórmula?
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