Mensaje para pervertidos

Diría que te gusta.

Vamos, me parece que está bastante claro.

Dímelo.

Te gusta, ¿verdad?

Sé sincero.

Te gusta, no digas que no, puto enfermo.

¿Eh?

Maldito pervertido.

Claro que te gusta.

Te gusta mucho.

Lo gozas más que una perra en celo, admítelo.

No me refiero a los azotes mientras te agarran del pelo, eso ya lo sé.

Hablo de que te mientan.

Te pone.

Ellos se pasan el día escupiéndote trolas y tú abres la boca para tragar.

Hablo de tus clientes. Los potenciales y los reales. Y ni te planteas que se pueda hacer de otra forma.

  • Cuéntamelo a mí
  • Nos gustas mucho
  • Decidiremos a la semana que viene
  • Trabajamos así o asá
  • Quiero X o Z

Todo mentiras.

Pero tú no les cortas.

¿Qué coño les vas a cortar, si hemos quedado en que te gusta?

¿O no?

El otro día un alumno de al mentoría me contó que un cliente potencial le había dicho que tenía X presupuesto y que quería Y proyecto.

Y que había alabado su trabajo y que tenía prisa.

Pero que no cerraba.

—«He hecho todo lo que me has recomendado pero no funciona… ¿cómo procedo? ¿qué estoy haciendo mal? No entiendo nada.»

Tras leer su email mi respuesta fue que el que no entendía nada era yo, que qué hacía hablando con ese tipo.

—«¿Cómo? ¿Y por qué no voy a hablar con él?»

—«Joder, porque ese tipo no te quiere contratar, y aunque quisiera da igual porque no está en su mano hacerlo.»

—«Te equivocas, me ha dicho esto y esto otro.»

Entonces procedí a enviarle un largo audio indicándole todas las sutiles señales que indicaban que ese tipo le estaba mintiendo a la cara.

¿Lo sientes?

Me refiero a cómo este azote de alfa que te acabo de dar ha dejado mis dedos marcados en tu nalga.

O lo mismo nada de esto tiene sentido, que también puede ser.

En cualquier caso, te apuntas al newsletter aquí por si quieres seguir recibiendo amor: