Primero me lo voy a follar y luego ya vamos viendo.
Frase potente. De peli de Tarantino, si no fuese por que su potencia es intraducible.
Los anglosajones, pobres.
La frase la oí en un bar. Un fulano se la decía a otro fulano.
Ni idea de qué hablaban, pero me pareció la filosofía correcta. Especialmente respecto a los vendedores que dicen que no se puede foliar en la primera cita.
Los pobres, imagina. Peor que los anglosajones.
Atiende o no atiendas, pero esto es así.
Lo he visto en cada persona que vende grandes cantidades y cuando lo empecé a aplicar yo también empecé a vender grandes cantidades:
→ Plantea tu proceso de venta como si fueras a empezar por el follaje.
Si no hay follaje, corrige. Pero asume que puede haber follaje.
Y no me digas, ya sé, ya sé. Tu proceso de venta es largo, tu producto caro y tu venta consultiva.
Pero es que cuando vas al follaje, si no hay follaje, la cosa continúa.
Porque cuando vas al follaje, el único que se ofende es el que no tenía pensado darte follaje en ningún momento. Con ese te ahorras el noviazgo. Y la mala leche que se te pone después.
Pero el resto, el resto ya saben que quieres follaje.
Que tienes que conseguir follaje.
Que el follaje es tu misión y tu deber.
Y oye, de vez en cuando te cruzas con alguien que también quiere follaje.
Eso te enseño en el newsletter. Como plantear la venta para empezar por el follaje, y que cuando no haya follaje, el noviazgo sea corto.
Primero te lo follas y luego ya ves:
Este post me traerá problemas porque contiene dos cosas que ofenden mucho:
- La palabra follar
- Decir que se puede vender sin rodeos
¿Ofende a los clientes? No, ofende a los vendedores.
Única y exclusivamente a los vendedores. Y eso es algo que debería demostrarte lo incríblemente lucrativa que es esta filosofía.