Esto que te voy a contar es cierto. Lo aclaro porque soy el primero al que le cuesta creerlo.
La primera vez que mi abuelo vio un plátano intentó comerlo con piel. La experiencia no le entusiasmó.
Mi bisabuelo contrató una de las primeras líneas telefónicas de España. La línea realmente solo unía dos puntos.
Mi bisabuelo tenía una empresa y necesitaba algo para comunicarse con unos operarios que estaban en un lugar un tanto inaccesible.
Uno de sus empleados se negó a utilizarlo. Aquello de escuchar a una persona que no estaba presente solo podía ser cosa de brujería.
Un amigo me contaba que su abuela tenía pánico a los ascensores.
Murió sin haberse montado en uno. Siendo bien mayor seguía subiendo a su piso andando.
Un día hice algo diferente.
Un día di una charla. Eso no es nuevo, doy bastantes charlas.
Me pagaron un buen dinero. Eso tampoco es nuevo.
La charla era a los vendedores de una empresa y lo nuevo es que me la jugué.
Les conté algo muy loco.
Les conté cómo vender por email. Y cómo hacerlo con seguridad, sin servilismos.
No les gustó nada.
Me dijeron que eso no funcionaba para su caso.
Que su caso requería desplazamiento y visita, complacer y negociar (también mucho). Y que los demás también lo hacían así.
Bueno, pues eso.
Ya lo sabes.
Que hay gente dice que que vender por email no es para su negocio. Que no se qué del cliente, de lo que hacen los demás y de la vaselina.
Es lo que pasa cuando haces las cosas obligado. Que no te va a gustar nada que cambie lo que llevas haciendo toda la vida.
Y eso son estupendas noticias para mí.
Y para el fundador del que, a mi parecer, es el mejor negocio del mundo.
Y sobre todo para ti, porque ahora puedes conocer al detalle cómo es ese negocio. Paso a paso y viendo los resultados obtenidos.
Y también puedes copiarlo de arriba a abajo con la tranquilidad de que la mayoría jamás se atreverán a competir contigo.
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