Hace años conocí a un torturador. Un tipo que se ganaba la vida pegando palizas a otros.
Esto es completamente en serio.
Fue en Angola. Yo tomaba cerveza mientras el tipo trabajaba en un almacén anexo.
Se llamaba Felipe y era portugués.
Tras un rato de gritos Felipe salió para descansar y durante casi una hora, en medio de un calor extremo, estuvimos charlando.
Aprendí cosas como que:
- Los inteligente hablan antes
- A un inteligente le djas un rato y él solo acaba torturándose y hablando
- Al tonto lo puedes matar y quizás no llegue a hablar
- Si lo haces bien todos acaban cantando
Como pago por aquello invité a las cervezas.
Esto lo contó Pérez Reverte, y sucedió en el 83.
Hay otros dos aprendizajes que Felipe no le contó:
- Todos los torturados hacen lo contrario a lo que dijeron que iban a hacer
- Después de hacerlo se convencen de que era lo correcto
Supongo que no tengo que aclarar que lo que ocurre entre torturado y torturador es idéntico a lo que pasa entre cliente y vendedor.
Quién es el torturador y quién el torturado ya depende. Depende de quién tenga más idea.
Algunos clientes son torturadores profesionales. Te dan la paliza y se llevan toneladas de información.
Los vendedores torturadores tienen más perdón. Provocan hemorragias cerebrales pero no sacan ningún provecho. Lo sé porque durante años fui torturador.
Pésimo vendedor, excelente torturador.
Por eso hoy entiendo tan bien lo que ocurre en la cabeza de los clientes. Y por eso, a quienes hacen el curso les pasan cosas como estas:
Mes record. ¿Será por el curso? Yo creo, entre otras cosas, que si. 39 altas y el mes no termina. 39 clientes que todos los meses me van a pagar. Más del doble que el mes anterior.
Fórmulas mágicas: El “XXX” y “YYY” los probé. Me funcionaron de maravilla.
El curso es excelente y me mostró todo un mundo invisible para mí.
Esto me lo contó Matías, alumno del curso. ¿Qué curso? Uno que podrás ver apuntándote al newsletter aquí:
Un curso que enseña a diseñar procesos de venta que convierte a clientes lija en clientes de mantequilla.
Un curso que consigue que ese que viene convencido de sacarte información, de marearte y hacerte que le entretengas… acabe dándote su sucio dinero o vuelva por donde ha venido en menos de 5 minutos.