Joy Milne es una mujer que puede detectar, oliendo, a quienes tienen parkinson.
Un día notó que su marido olía diferente, pero no le dio mayor importancia. Ese olor permaneció y 6 años después, ya te lo esperas, ese hombre fue diagnosticado con parkinson.
Después de aquello Joy se hizo miembro de una asociación de enfermos de parkinson, donde conoció a muchos de ellos. Todos le olían como su marido.
Los pelos de la nuca se me han puesto de punta al escribir eso.
Sigo.
Tiempo después se lo comentó a unos investigadores que conoció en una conferencia. Estos científicos decidieron ponerla a prueba.
Atiende, que la cosa se pone espeluznante.
Le dieron 12 camisetas y le pidieron que identificara cuáles pertenecían a gente con parkinson y cuáles no. 6 pertenecían a enfermos y 6 no.
Joy eligió las camisetas de los 6 enfermos y una que no pertenecía a un enfermo.
Tasa de acierto: 11 sobre 12. Increíble, ¿no?
Pues atiende doble, porque unos meses después la persona que había identificado como enferma pero que no lo era fue diagnosticada con parkinson.
Esta historia no tiene nada que ver con ventas, pero joder, cómo no te la iba a contar.
Además, lo que viene a continuación sí.
Casi todos los clientes mienten, casi todo el tiempo, acerca de casi todo… y el motivo por el que ocurre es irrelevante.
Muchos ni siquiera lo hacen a propósito, simplemente esa es su verdad. Ya sabes:
- Cuéntamelo a mí que yo soy el decisor
- No tenemos dinero
- No consumimos eso
- Lo hacemos internamente
- Estamos contentos con lo que tenemos
- No soy el decisor (en este caso sí que mienten a propósito)
No soy capaz de detectar el parkinson, pero llevo años dedicando ingentes cantidades de tiempo a procesos de venta que no van a ningún punto por culpa de clientes mentirosos.
Ahora sé detectarlos muy rápido y evitarlos para llegar a la persona que realmente sabe de lo que está hablando.
Si eso te interesa, te cuento cómo tú también puedes hacerlo. Eso te lo cuento cuando te apuntas ahí abajo: