Ha vuelto a pasar

Impartía una formación en una empresa.

Gran rollo, buenos resultados, filosofías de ventas muy alineadas (la suya y la mía).

Todo guay.

Pero volví a verlo. Otra vez. Un fallo de mentalidad que hace que casi dé igual lo buena que sea tu técnica de venta.

Fue cuando conté que recientemente me había contactado una empresa que para contratarme formación. Una empresa grande, que conoces.

Pero que antes quedáramos para café.

¿Mi respuesta? Tarifas y si eso os encaja, videollamada.

¿Su respuesta? Ya no hubo respuesta, y esa es, para el ojo experto, una gran respuesta.

Una alumna me dijo que yo no tenía interés.

Entonces le dije que tenía razón. Que interés en convertirme en un catador de café no tengo ninguno.

Y le pregunté si ella hubiera ido. Me dijo que sí.

Y le pregunté que si en lugar de ser quien es, si fuera Madonna, se iría a tomar un café con cada persona que le dice que le quiere contratar.

Me dijo que no era Madonna.

Es fácil confundir causa y consecuencia.

Uno no deja de ser servilista porque le vaya bien. A uno le va bien por no ser servilista.

Y Madonna no tiene la mentalidad de Madonna por ser Madonna, Madonna es Madonna por tener la mentalidad de Madonna mucho antes de ser Madonna.

No sé si me he explicado. Si no…

Atiende.

Vender y los negocios van tanto de ganar como de no perder.

Y no solo dinero. Que también.

Y no solo tiempo. Que también.

Sino todo lo que conteste a esta pregunta:

¿Si no necesitaras el dinero permitirías todas las mierdas que te piden hacer los clientes?

Si la respuesta es que no, es que no es la forma de vender.

Tengo un newsletter. En él explico el cambio de mentalidad que me sirvió para que pasara de irme extremadamente mal a extremadamente bien.

Quizás pienses que exagero. Lo entiendo y te respeto, pero no exagero.

Hablo de la diferencia entre no saber si llegaría a final de mes y acabar rechazando oportunidades todos los días.

Incluye una forma de ver las cosas que produce alergia a la cafeína.

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