El otro día escuché una reflexión muy sabia.

Decía que si el coche (carro, amigo de las américas) se inventara hoy, estaría prohibido.

Imagina.

Conducir (manejar, amigo de las américas) posiblemente sea la cosa más peligrosa que está permitida, así que te obligarían a hacer un curso de 10 años.

Si lo superaras tendrías que pagar un seguro de un millón de dólares y conducir con casco y envuelto en plástico de burbujas.

Afortunadamente el vehículo se inventó en una época en la que muchas cosas eran peores y algunas mejores.

Por ejemplo, la gente tenía suficientes preocupaciones como para no tener tiempo de organizar la vida de los demás.

Así que a todos se les pasó por alto lo más preocupante de todo.

No existe otra tecnología que dé más independencia y libertad de movimiento.

O casi.

Imagina qué pasaría si las ventas se inventaran hoy.

Para ejercer tendrías que aprobar unas oposiciones como las de notario y habría lista de espera simplemente para apuntarse. Y hacerlo tan enrevesado que solo los amigos de los que ya están dentro sabrían cómo.

En el examen tendrías que recitar un listado de palabras que no está permitido decir, no podrías trabajar los fines de semana ni a partir de las 3 de la tarde y si te fuera demasiado bien tus compañeros te harían la vida imposible para que te fueras.

Afortunadamente las ventas se inventaron en una época en la que la gente todavía no temía a la libertad.

Porque, y créeme en esto que te voy a decir, NADA te da tanta libertad como saber vender.

Y de esto sé algo, de vivir bien sin depender de nadie.

Sin depender de otros no quiere decir sin jefe. Puede ser sin jefe si ese es tu fetiche. Pero incluso si tienes jefe puedes no depender de él porque vendas tanto que nadie te cuestione nada.

Ese nivel de independencia, libertad e ingresos es algo que solo puedes conseguir si no dedicas muchos recursos a tu proceso de venta.

Si tu proceso de venta dura meses, y aún encima lo justificas porque tu producto es caro o complejo…

O tus clientes te necesitan para todo…

O pasas el día apagando fuegos…

Cualquiera de esas cosas hace imposible alcanzar el volumen de ventas necesario para llegar a no depender de los demás.

El otro día escuché una reflexión muy sabia.

Decía que si el coche (carro, amigo de las américas) se inventara hoy, estaría prohibido.

Imagina.

Conducir (manejar, amigo de las américas) posiblemente sea la cosa más peligrosa que está permitida, así que te obligarían a hacer un curso de 10 años.

Si lo superaras tendrías que pagar un seguro de un millón de dólares y conducir con casco y envuelto en plástico de burbujas.

Afortunadamente el vehículo se inventó en una época en la que muchas cosas eran peores y algunas mejores.

Por ejemplo, la gente tenía suficientes preocupaciones como para no tener tiempo de organizar la vida de los demás.

Así que a todos se les pasó por alto lo más preocupante de todo.

No existe otra tecnología que dé más independencia y libertad de movimiento.

O casi.

Imagina qué pasaría si las ventas se inventaran hoy.

Para ejercer tendrías que aprobar unas oposiciones como las de notario y habría lista de espera simplemente para apuntarse. Y hacerlo tan enrevesado que solo los amigos de los que ya están dentro sabrían cómo.

En el examen tendrías que recitar un listado de palabras que no está permitido decir, no podrías trabajar los fines de semana ni a partir de las 3 de la tarde y si te fuera demasiado bien tus compañeros te harían la vida imposible para que te fueras.

Afortunadamente las ventas se inventaron en una época en la que la gente todavía no temía a la libertad.

Porque, y créeme en esto que te voy a decir, NADA te da tanta libertad como saber vender.

Y de esto sé algo, de vivir bien sin depender de nadie.

Sin depender de otros no quiere decir sin jefe. Puede ser sin jefe si ese es tu fetiche. Pero incluso si tienes jefe puedes no depender de él porque vendas tanto que nadie te cuestione nada.

Ese nivel de independencia, libertad e ingresos es algo que solo puedes conseguir si no dedicas muchos recursos a tu proceso de venta.

Si tu proceso de venta dura meses, y aún encima lo justificas porque tu producto es caro o complejo…

O tus clientes te necesitan para todo…

O pasas el día apagando fuegos…

Cualquiera de esas cosas hace imposible alcanzar el volumen de ventas necesario para llegar a no depender de los demás.

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