El otro día escuché una entrevista que le hacían a John Carmack, que es el mejor programador del mundo.
En un momento te contaré por qué John Carmack es el mejor programador del mundo, porque ese detalle contiene una brutalísima lección de vida.
El caso es que entrevistando a John Carmack y le preguntan:
«Eh, John Carmack. John Carmack, John Carmack, tú que pasas el día programando y haces más cosas que el resto de los programadores del mundo juntos, ¿cuéntanos qué herramientas usas? Eh, John Carmack. Marca y modelo de pantalla, teclado, ratón.»
John Carmack se queda en silencio, piensa unos segundos y contesta…
«Eeeeh… no lo sé.»
Espero que puedas ver la enorme lección que esconde esto.
Te la digo yo, por si acaso:
Lo juguetes son para los niños.
El CRM, la herramienta para enviar emails y esa app tan guay de productividad.
Solo los niños se distraen con esas cosas.
En otro momento de la entrevista cuenta que cuando estaba empezando conoció a un tipo que decía que ganaba X programando videojuegos. No recuerdo cuánto decía, pero mucho.
Y que no se lo creyó.
Que conocía a cientos de programadores de videojuegos y todos lo hacían gratis.
Y que ese tipo era capaz de hacer unos juegos que gustaban más y cobrarlos.
Pero que no se lo creía.
Y que pese a no creérselo, aquello le parecía una estafa y le provocaba una envidia mortal.
El caso es que los años han pasado, John Carmack es el mejor programador del mundo y ahora cree a la perfección que eso es posible.
Te preguntarás por qué John Carmack es el mejor programador del mundo.
Pues porque es John Carmack y nadie necesita saber más.
Y si John Carmack se ha convertido en John Carmack no ha sido…
- Por sus contactos
- Porque su padre blablabla
- Ni por tener el PC más potente
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