Alan Weiss es uno de mis autores de negocios favoritos.
Un día le dije: «Mira, Alan. Estoy de acuerdo con el 99,99 % de lo que dices, pero de prospección telefónica no tienes ni idea. No solo funciona sino que es altamente lucrativa, así que no pienso dejarla nunca.»
Me contestó: «Sigue haciendo lo que digo y es cuestión de tiempo que me des la razón en el 100 %»
Maldito flipado. Seguí llamando durante años y eso me dio mucha pasta y acceso a empresas enormes. Día que pasaba, día que me decía: «Puto Alan, ni puta idea tienes.»
Bueno, pues llevo meses sin llamar porque el puto Alan tenía razón.
Hace un tiempo, durante cuatro días estuve con que si conseguías que 3 conocidos se suscriban al newsletter te regalaré un libro que he escrito titulado 101 asuntos de email imposibles de ignorar.
A algunos, esta idea les ha ultrajado y me han dicho:
- Que me he rebajado…
- Que nadie participa en estas cosas…
- Que estoy sobornando al personal…
- Que no necesito este tipo de artimañas…
- Que los suscriptores que me llegarían serían una mierda…
Esta gente tiene el mismo problema que yo tenía con Alan. No entienden que el final del proceso de venta no es el cierre del trato.
No, no señor.
El final del proceso de venta es la obtención de referencias.
No hay ninguna diferencia entre que eso te disguste o que te disguste prospectar, hacer seguimiento o insistir.
Ninguna, porque acabarás igual.
Estancado.
Si consigues que, en promedio, un cliente te traiga, al menos, 1,2 clientes más, es cuestión de tiempo que llegues a la misma situación que yo y le des la razón a Alan.
Por email era la primera vez que pido referencias.
Con esta técnica que no funciona, que me rebaja, que supone un soborno y que solo trae mierda, he conseguido…
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