La historia que te cuento a continuación es absolutamente cierta, y leerla te proporcionará más conocimiento de tu cliente del que tienen la mayoría de psicólogos.
Me dirigía a Murcia a dar una formación. Iba en tren y durante el camino aprovechaba para trabajar desde el portátil.
Como soy idiota, decidí que Murcia era la última parada del trayecto, así que me puse a recoger con toda la calma del mundo.
Para cuando todavía me quedaba por meter en la mochila bastantes cosas, el tren arrancó.
La formación era el día siguiente, así que en la siguiente ciudad pillé un taxi. Salvo un poco de sueño y 70 euros menos, no habría nada que lamentar.
Al subir me fijé en que el taxista llevaba un Rolex de unos 60.000 € y le pregunté por él.
Me contó que muchos años atrás había comprado un terreno por 5000 € que luego vendió a una multinacional por un millón.
Con ese dinero se hizo con treinta licencias de taxi y ahora solo conducía muy esporádicamente por placer.
La moraleja es la siguiente:
Casi todo el mundo miente, casi todo el tiempo, acerca de casi todo, y el motivo por el que eso ocurre es irrelevante.
Le pregunté que por qué no se retiró. Sus gustos caros se lo impedían. Por ejemplo, le acababa de regalar a su hijo por su cumpleaños un reloj como el suyo.
Además era amigo de varios empresarios de la zona y tenía que serguirles el ritmo. Motos, coches…
¿Por qué me estaba contando este hombre semejante película? Irrelevante. Lo único que importa es que si pretendes venderle algo a alguien así tendrás tocarle el ego. El resto es accesorio.
El tipo se había criado en un orfanato de curas en Italia. Allí descubrió que se le daba muy bien escribir. Los curas le maltrataban para que escribiera novelas con las que ganar dinero.
Estaba en juicios para recuperar los derechos de autor, pero seguía escribiendo. Ahora para él, bajo pseudónimo.
Era bestseller mundial, obviamente.
El New York Times le seguía la pista.
No sé si todavía sigues del lado del taxista.
La empresa en la que di la formación se dedica a vender un producto para flotas de vehículos, así que pedí a uno de los vendedores que llamara a este tipo.
Resultó que solo tenía un taxi.
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Descubrirás la no obvia y verdadera razón que se esconde detrás de cada una de las objeciones que te plantean tus clientes y que no tiene nada que ver con lo que tú crees y por qué no saber eso está haciéndote perder más de la mitad de tus ventas.
¿Crees que exagero? Pues no exagero.
PD: nunca encontré explicación para lo del Rolex.
PD 2: no era imitación.
PD 3: déjate de teorías y apúntate arriba.