Bill Gates es un tipo listo. Tan listo que algunos de sus compañeros de universidad apostaron que sería millonario antes de los 40. Al final, Gates ganó su primer millón con 23. A los 31 era billonario.
Respira. Deja que te cale. Venga, te espero.
Quizás reelerlo ayude: billonario a los 31.
Que sí, que trabajar duro es importante, pero… algo no encaja. Qué dios me libre de quitarle mérito a nadie pero… a los 23 no has podido trabajar tanto, ¡aunque hayas dedicado cada minuto de tu existencia a ello! Quizás Bill tenía algún truco. Quizás, siendo el genio que era, a Gates se le había ocurrido alguna forma de apostar sobre seguro. Y de hacerlo solo sobre grandes oportunidades.
Pues sí, algo de eso hay. Resulta que Gates dedica el grueso de su esfuerzo a dectectar oportunidades, y solo si cierra la venta se preocupa por construir el producto. Te lo cuento en este vídeo:
El dinero, lo primero. Historia de los inicios de Microsoft.
Esta es una de las anécdotas que cuento en el libro que publiqué hace dos años: Crisis Digital—Por qué las empresas fracasan en su transformación digital y cómo evitarlo
La estrategia de Gates es perfecta para combinarla con el cierre tentativo, una técnica que consiste en no intentar el cierre de una venta hasta que estés seguro de que el cliente potencial está convencido de querer contratarte. Te cuento eso y más técnicas de venta en el newsletter.
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