Técnica con la que aprendí a vender mejor

Una marca fuerte crea tal impulso en el comprador que las precauciones habituales, las reticencias y las suspicacias, los procedimientos y la burocracia previa a cualquier decisión, incluso las dudas, desaparecen.

Cuando Walt Disney vivía su contenido era sinónimo de juventud, pureza e imaginación. Esos atributos hacían que la gente confiara a ciegas en sus programas de televisión y en sus películas.

La gente no necesitaba leer la crítica ni las reseñas de una producción de Disney para decidir si debían ir a verla.

—Alan Weiss.

Una suscriptora me escribió para preguntarme si considero que hacer el curso de marca personal es imprescindible para mejorar sus ventas.

La respuesta es que no. Clara y rotundamente, no.

Te digo más, existe gente de éxito que no lo ha hecho.

Y no me voy a quedar ahí. Te voy a contar la técnica que yo uso para mejorar mis ventas y que no tiene nada que ver con hacer este curso de marca personal.

Copio. Copio mucho.

¿De quién copio?

De alguien a quien le vaya mejor.

Mi fijo en él y entonces le observo, le estudio, le asedio (digitalmente, claro, él no lo sabe). Ni te imaginas la cantidad de gente con la que me he obsesionado a lo largo de los años.

Aprendo tanto de lo que esa gente vende, como de cómo lo vende.

Pero eso solo me funciona porque aplico lo que Walt Disney llamaba «suspensión de incredulidad», un concepto que se puede traducir como: disfruta de la peli y cállate.

Desvinculación emocional total. No exagero. No es que me den igual mis sensaciones, mi intuición o mis preferencias. Es que voy sin ellas, más virgen que un caracol.

Solo entonces estoy listo para copiar como un cabrón.

Tampoco innovo. Mis aspiraciones no son artísticas, sino económicas, así que si alguien hace algo y le va bien con ese algo no veo que tenga ningún sentido cambiarlo.

Una de las personas a las que he copiado sin pena ni vergüenza es a Alan Weiss, el tipo que cito arriba. Una vez le escribí para decirle que no estaba de acuerdo con algo que había dicho. Me dijo que me callara y le copiara y en poco tiempo estaría de acuerdo.

Tenía razón.

La experiencia me dice que al 20 % está técnica le parecerá demasiado simple mientras que al 80 % restante le resultará dificilísima.

Por algún motivo que se me escapa la mayoría de adultos prefieren tener opiniones a tener dinero.



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