Recibo un email un domingo por la noche. No conozco al emisor. Asunto: Propuesta de colaboración
Mal.
Supongo que al leer el título del correo y no conocer al remitente lo habrás borrado directamente, pero bueno, haré como que has entrado…
Buenas noches,…
Peor.
Pero…
Pero, pero, pero…
Atiende…
Soy Luis, de Cazadividendos, una web de inversión. Soy suscriptor de tu newsletter desde hace tiempo y te escribo para proponerte una colaboración.
Tengo una newsletter (Las Crónicas del Dinero), que envío cada martes y en la que cuento una enseñanza financiera + un resumen de las noticias financieras de la semana.
Tengo XXXX suscriptores y una tasa de apertura entre el XX y el XX% en los últimos 10 envíos.
Te quería proponer una mención cruzada como la que hice con XXX.
En la página de suscripción tienes el enlace a un email anterior, para que puedas valorar si te interesa: https://www.cazadividendos.com/cronicas-del-dinero
No sé si eres consciente de lo que acabas de leer.
Lo que acabas de leer es la mejor colaboración que me han pedido jamás (y recibo varias cada semana).
Toma nota, especialmente si pensabas que convencer va de currárselo. En poco más de 100 palabras:
- Quién es
- De qué me conoce (con muestra de interés)
- Qué hace
- Qué tiene, con alta concreción (suscriptores y aperturas en últimos envíos)
- Qué quiere
- Mención a alguien de mi confianza, al final. Sin ceremonias, sin arrastrarse, después de haberme contado todo lo que necesito saber. Sin usarlo como excusa para abrir la puerta, sino para estrechar la mano, que es como se tiene que utilizar una referencia, porque si usas tu mejor carta para pedir limosna lo único que te queda perder la partida.
- Resolución de la objeción final (¿Merecerá la pena?), con muestra.
Pim, pam, pum.
Eso es entender el contexto del receptor.
Ahí tienes la receta para pedir, en 7 pasos.
Ahora hago clic en el enlace y lo primero que leo es:
…para la gente que piensa que el dinero SÍ es importante.
Ya está, joder, ya está.
Aquí estoy, siguiendo a este tipo y recomendándote que hagas lo mismo.
Me trae sin cuidado lo que sepas o lo que te gusten las finanzas.
Ni siquiera tengo criterio para juzgarle, pero joder en cómo escribe este hombre hay valor.
Y si hay valor en el cómo, allí estoy yo.
Esto es si te gustan las finanzas o si te gusta cómo se dicen las cosas. Ya sea ventas, marketing, finanzas o tornillos.
Pim, pam, pum.
Y aquí, te apuntas al newsletter favorito de los vendedores de éxito, sin rodeos: