El viernes, un alumno me dijo que me parezco a Fito Páez.
Me habían dicho que me parezco a Dani Pedrosa, a Ricky Rubio y a un camarero del KFC.
Una vez, el coche que estaba a mi lado esperando a que se pusiera el semáforo en verde me pitó. Cuando giré la cabeza y bajé la ventanilla su conductor me preguntó si yo era un mago famoso, pero lo de Fito ha sido la primera vez.
Obviamente contesté que sí.
De Fito Páez hay que saber tres cosas.
La primera es que Joaquín Sabina dijo que era imposible trabajar con él porque le gusta demasiado la fiesta. Joaquín Sabina es un señor que en una entrevista contó que había desarrollado tolerancia a la cocaína.
La segunda cosa es que su canción más conocida, Un vestido y un amor, es un discurso de ventas.
Fito conoció a su mujer en una fiesta. Él se enamoró al instante pero ella estaba casada. Es decir, teníaaa un vestidoooo y un amooor…
Y que aunque ella lo ilumina todo, No sé si eras un ángel o un rubíiii…
No puede evitar marcharse cuando le llaman sus amigos. Me vooooy, de vez en cuando a algún lugaaaar…
Aunque eso nunca acaba bien. Ya sé que te traté bastante maaaal…
Una madrugada Fito llegó a casa, llamó a la puerta, su novia la abrió y Fito se cayó al suelo.
Su novia le dijo que aquello se había acabado y que se marchara. Ya sabes, lo típico. Supongo que te ha pasado.
Él no podía aceptarlo. Eso y que no podía andar.
Entonces ella cometió un error. Se fue a tomar un baño, lo que le llevó casi una hora.
Tiempo suficiente para que Páez escribiera Un vestido y un amor.
Cuando su novia reapareció Fito le dijo, «He escrito algo. Si no te conmueve me voy. Si te conmueve me perdonas.»
Quizás ella se equivocó, pero a Fito le dio tiempo a tener un hijo con ella y vivir diez años más en aquella casa.
Una de las cosas que más ayudan a vender es escribir. Especialmente un newsletter. Ya te he dicho alguna vez lo rentable que es eso.
Deberías probarlo y enviar algo cada día. Al menos una vez por semana.
Quizás pienses que necesitas saber más, que no tienes tiempo o que te falta inspiración.
Escucha.
Para crear no te hace falta tiempo ni inspiración.
Solo te hace falta un bofetón.
PD: esta historia la cuenta, mucho mejor que yo, César Muñoz.
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