Cuando era presentador de radio experimenté un fenómeno curioso.
Cuando invitaba a alguien importante, alguien que no debería tener mayor interés por aparecer en la radio por enésima vez, aceptada rápidamente.
Cuando invitaba a alguien pequeño, alguien que simplemente me había llamado la atención por algún detalle de internet, siempre había problemas.
– Que si la pandemia.
– Que si vivo lejos.
– Que si ese día tengo que regar las plantas del vecino.
– Que si hay riesgo de eclipse.
– Que si no tengo con quién dejar a mi gamusino.
Y unos cuantos que sí, pero unos días antes que no.
Hablo de gente con talento. Gente con producto y envoltorio.
Recuerdo un caso concreto, un grandísimo copywriter –grandísimo te digo, de lo mejor que he visto en español, y no exagero– al que solo conozco yo y sus 124 amigos de facebook.
Eso es algo que en el momento me molestó pero con el tiempo me alegró.
Una de esas cosas que demuestran que es imposible no triunfar en esta vida.
Suelo decir que si se te ocurre una idea que te parece brillante pero se te ha ocurrido demasiado rápido, no la uses.
Si se te ha ocurrido tan rápido es altamente probable que se le haya ocurrido a otro millón de personas.
Dale la vuelta a ese principio y podrás ganar mucho dinero.
Si se te ha presentado u ocurrido algo te hace sentir incómodo, hazlo. Hazlo inmediatamente.
Si tú lo sientes, otro millón de personas lo han sentido y les ha bloqueado.
A más incómodo te sientas, mejor resultado te puede dar.
Te cuento algunas cosas muy lucrativas que pocos hacen por miedo:
- Vender
- Aprender a vender
- No darle la razón al cliente
- No contestarle a todo lo que pregunta
- Hacer un curso que insiste en hacer todas estas cosas
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